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Ciudad de México, México, 21 de julio de 2020, México Ambiental.- Investigadores e investigadoras del Centro Regional de Investigación Acuícola Pesquera del INAPESCA en Puerto Morelos, en Yucatán, y de la UNAM, lograron la reproducción sexual de corales en ambientes controlados, un hecho histórico para la ciencia pesquera y acuícola en México que devuelve esperanzas a la recuperación de la especie a partir de la repoblación de los arrecifes coralinos en el Caribe mexicano.

La importancia no solo es por el valor científico del conocimiento generado en la reproducción de corales en cautiverio, sino porque la resiembra de corales en el sistema arrecifal, tiene un valor fundamental para el equilibrio del ecosistema marino alterado por actividades económicas y sociales de nuestra especie. Pero además, tiene un valor incalculable porque el arrecife de coral protege las costas contra la erosión y los embates de las olas, y sirve como hábitat para un gran número de especies marinas, incluyendo las de consumo humano. Estos hábitats coralinos, de altísima productividad, son de gran importancia para la pesca, una actividad económica determinante en Yucatán y en todo el Caribe.

Bajo el proyecto “Rescate de especies emblemáticas de coral en riesgo de extinción local por el síndrome blanco” y después de 10 años de investigación, el equipo de científicos del Inapesca adscritos al CRIAP en Puerto Morelos –y expertos colaboradores-, consiguió por primera vez el desove de estos organismos dentro de su sistemas de cultivo bajo condiciones controladas que simulan la temperatura, luz y oleaje del mar. Esto representa un logro sin precedentes en nuestro país, ya que es la primera vez que se reporta la reproducción de corales de especies constructores de arrecifes en confinamiento en sistemas de cultivo.

El proyecto se realiza en colaboración con la Unidad Académica de Sistemas Arrecifales del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICMyL-UNAM), a través del laboratorio de la Dra. Anastazia Banaszak, con un trabajo de criopreservación de gametos de estas especies, además de la colaboración de la Iniciativa Healty Reefs.

Síndrome blanco del coral. Foto: UNAM

Si bien el Inapesca cuenta con gran experiencia en la reproducción de corales, con la recolección de gametos durante el desove en el mar y su trasladado al laboratorio para la fertilización, este proceso tiene implicaciones económicas y altos riesgos en el traslado de los huevos, por lo que el CRIAP en Puerto Morelos apostó a la reproducción de corales en cautiverio para la obtención de gametos en los propios sistemas de cultivo, bajo condiciones controladas, para su posterior fertilización asistida en el laboratorio.

En colaboración con el equipo de trabajo de la Dra. Anastazia Banaszak, especialista en la reproducción de corales, también colectaron gametos de colonias en el mar y se pudieron mezclar con las muestras obtenidas en los sistemas de cultivo del CRIAP, con lo que se logró una mayor recombinación genética.

Una fracción de estas muestras se procesaron en el laboratorio del ICMyL-UNAM, para llevar a cabo la criopreservación de los gametos, de los embriones y de larvas, y el resto de la muestra se utiliza para producir reclutas sexuales en los sistemas de cultivo de ambas instituciones, con lo que se pretende obtener colonias de coral que en un futuro puedan ser reintegradas al medio natural mediante programas de restauración

El objetivo del proyecto, financiado por MARFUND, es hacer frente a la enfermedad conocida como Síndrome blanco, que actualmente deteriora fuertemente las comunidades coralinas del Caribe Mexicano, particularmente a las especies conocidas como cerebro (Diploria labyrinthiformis), Meandrina meandrites y pila (Dendrogyra cylindrus), para lo cual los científicos mexicanos rescatan material de tejido vivo y gametos sanos de estas tres especies para permitir su restauración en condiciones favorables y evitar así su extinción prematura.

Síndrome blanco del coral. Foto: UNAM

El proyecto de investigación Rescate de especies emblemáticas de coral en riesgo de extinción local por el síndrome blanco, busca contar con un banco genético de tejido vivo, y crio-preservar gametos de cada una de las especies provenientes del Caribe Mexicano, con objeto de salvaguardar material sexual que permitiría, en un futuro, poder reproducir sexualmente colonias resguardadas y así asegurar una diversidad genética no garantizada por la fragmentación.

Los corales se reproducen de manera natural una o varias veces al año, dependiendo el tipo de coral, y a determinadas horas y días. En el proceso cada colonia libera huevecillos denominados “gametos”, que son sacos milimétricos que contiene igualmente óvulos y espermas, los cuales se rompen y liberan su contenido en el agua.

Síndrome blanco del coral. Foto: UNAM

Los espermas de una colonia se juntan con los óvulos de otra colonia de coral de la misma especie y se logra la fecundación. De esa fecundación “nace” una larva de coral que buscará fijarse en una estructura sólida para empezar una nueva colonia que con el paso de los años crecerá en número de pólipos y estructura física.

Este proceso se ha visto afectado en el Caribe Mexicano por la presencia del síndrome blanco, una enfermedad que provoca la mortalidad masiva en más de 20 especies de corales en la región y que dejó a varias especies de corales de la región al borde de la extinción, por lo que el logro alcanzado los científicos mexicanos es de la mayor importancia para la repoblación de arrecifes coralinos en la región.

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