La Paz, Baja California Sur, México, 21 de abril de 2018, México Ambiental.- Especialistas técnicos del Museo de la Ballena y Ciencias del Mar retiraron más de 28 mil metros lineales de aparejos de pesca durante 2017, que se encontraron abandonados en el área del polígono de la vaquita en el Alto Golfo de California, donde no está permitido colocar redes, señaló Diego Ruiz, director operativo de este organismo dedicado rescate de mamíferos marinos, entre otras actividades.
En lo que va del año, se han retirado 175 redes conocidas en el medio pesquero como “fantasma” porque se mantienen a la deriva en el mar y otras que se colocan bajo la superficie, de tal manera que no se pueden observar fácilmente. En esas acciones tuvieron el apoyo económico de la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca.
Del 15 de enero al 3 de marzo de este año, mediante la operación del barco Narval, se extrajeron 62 redes, de las cuales 54 eran totoaberas, 6 camaroneras, una sierrera y otra de uso común. En ese sentido, comentó que durante 2017 sacaron aparejos de pesca colocados ilegalmente, equivalentes a 28 kilómetros lineales
El investigador comentó que la mayoría de las redes encontradas en el polígono de protección de la vaquita marina son activas; los pescadores furtivos instalan por debajo de la superficie marina para evitar ser detectadas por autoridades y ambientalistas que realizan recorridos por la zona, como parte de su labor en defensa de las especies y otros recursos en aguas nacionales.
“Desgraciadamente en este último ciclo, que es la temporada más fuerte de pesca por la corrida de la totoaba, más allá de redes fantasma nos estamos topando con muchísimas redes activas que pescadores ilegales colocan a un metro y medio, más o menos, debajo del espejo de agua.”, afirmó.
Las redes que se extraen se ponen a disposición de las autoridades correspondientes, quienes las destruyen para evitar que sean reutilizadas por pescadores furtivos o presuntos delincuentes que, sin ser trabajadores del mar, se dedican a la pesca ilegal de la totoaba.
El objetivo de estas acciones es evitar que caiga en redes la vaquita marina, especie que no es el objetivo de la pesca furtiva, pero que su muerte es un daño colateral de la captura ilegal de la totoaba; “ese es el problema”.
Al proteger a la vaquita marina, se contribuye en la preservación de otras especies que habitan en el Alto Golfo, como tiburón blanco, martillo y tortugas, entre otras muchas especies.
“Nosotros hemos encontrado desgraciadamente en las redes tiburones blancos, delfines ballenas, hasta una red totoabera que fue histórica, fueron 32 lobos marinos en la misma red”, dijo el director operativo del Museo de la Ballena, al explicar que esta organización privada es un centro multidisciplinario dedicado, tanto a la divulgación de la ciencia especializada en mamíferos marinos, como a la protección de estas especies, labor en la que participan paleontólogos, médicos veterinarios y biólogos, entre otros especialistas.