lunes, abril 28, 2025

Rafael Malpica

Fotos: Roberto Pantoja, Gobierno del Estado de Michoacán, Gobierno de Morelia, UNAM

Morelia, Michoacán, México, 20 de septiembre de 2019, México Ambiental.- Con un mensaje simple en su cuenta oficial en Facebook, Roberto Pantoja Arzola, delegado de la Secretaría del Bienestar en Michoacán, aseguró que se investigará, el cumplimiento en la normatividad ambiental, por parte de la industria papelera Kimberly Clark (antes CEPAMISA y CRISOBA Industrial), ubicada al poniente de Morelia, una de las empresas más importantes de la capital michoacana –que es parte de un influyente corporativo multinacional-, por la densidad de empleos que genera; pero que también es, una de las industrias que más problemas generan en Michoacán, por el alto consumo de agua del manantial La Mintzita (equivalente a un tercio del consumo de toda la ciudad de Morelia), y que descarga con elementos contaminantes al río Grande, que desemboca en Cuitzeo.

“Buenos días morelianos ☹️. ¿Alguien sabe de quién es esta empresa que opera desde hace décadas en Morelia? Me causó curiosidad esta nube. Vamos a investigar sobre el cumplimiento de normatividad en materia ambiental”, comentó el funcionario federal, al tiempo de compartir una colección de fotografías donde se hace evidente la emisión de una columna blanca de humo (que en realidad es vapor de agua mezclado con otros gases), que se extendió con dirección al sur y sur poniente, y cubrió esa parte de la ciudad que es populosa, para pasar después por la súper carretera Morelia-Pátzcuaro, e instalarse en la presa de Cointzio donde fue dispersada por los vientos.

La publicación, ha generado múltiples comentarios, la mayoría de apoyo a la observación del delegado Pantoja.

Justo hace un año, (y por supuesto que no es coincidencia la observación de Roberto Pantoja Arzola), en su planta de Morelia, Kimberly Clark, activó una nueva línea de producción, en la que se invirtieron, de acuerdo a información oficial, más de 100 millones de dólares. Hoy la planta generaría 350 empleos, que podrían ser directos.

La planta forma parte del poderoso corporativo multinacional Kimberly Clark, cuyas ventas en México ascendieron al segundo trimestre de 2019 a 11 mil 300 millones de pesos. ¡Un alud de dinero!

A partir de un convenio de colaboración con el Gobierno de Michoacán, el 20 de septiembre de 2018, el gobernador Silvano Aureoles Conejo y Claudio X González Laporte, presidente del Consejo de Administración de Kimberly Clark México, inauguraron las renovadas instalaciones, donde destaca una moderna línea de producción de papel higiénico. En 2020 la planta alcanzaría una inversión acumulada de 250 millones de dólares, para triplicar su actual producción, y generar así hasta mil empleos directos.

Un año antes, el 13 de junio de 2017, durante la firma de convenio Nueva Línea de Producción Kimberly Clark Morelia, el entonces presidente municipal de la capital michoacana, Alfonso Martínez Alcázar, calificó a Kimberly Clark, como una empresa socialmente responsable, que “… no contamina el agua de La Mintzita”, y, de acuerdo a un comunicado oficial, prometió: “Haremos una modificación a la planta tratadora de aguas residuales de la Mintzita para que, con un proceso más –que no es costoso– pueda tener esa agua las características que requiere para poderse utilizar de manera industrial; entonces KC va a utilizar esa agua tratada y no la del manantial de La Mintzita”.

Ahora mismo se han presentado diversas denuncias por daño ambiental ante la Secretaría de Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Territorial de Michoacán, la Profepa, la Proam, la Semarnat, y el propio ayuntamiento de Morelia, sin que haya una atención oficial, ni avances efectivos, por supuesto. Si bien el ayuntamiento moreliano que preside Raúl Morón Orozco, de Morena, ha recibido las denuncias, en entrevistas periodísticas, Humberto Arroniz Reyes, secretario del Ayuntamiento en Morelia, ha desestimado los procedimientos porque las licencias de aprovechamiento de agua son otorgadas por la Comisión Nacional del Agua (Conagua), y es cierto. Lo que no abordó, ni se sabe, es si Kimberly Clark cubrió los históricos adeudos millonarios ante el Organismo Operador de Agua Potable y Alcantarillado de Morelia (OOAPAS), y está al corriente, o si aún presenta saldos por cubrir.

Kimberly Clark México

La transnacional estadounidense Kimberly Clark de México, que lidera Claudio X González Laporte, opera en nuestro país productos de marcas conocidas como Evenflo, Kleenex, Pétalo, Kleen Bebé, Suavel, Vogue, Delsey, Kotex, Diapro, Lys, Fancy, Huggies, Scott, Kotex, Depend, VIVA, Cottonelle, Andrex, Pull-Ups, GoodNites, Little Swimmers, Poise, Neat Sheet, Scottex, Kimberly Clark Professional, Escudo, Plenitud, Regio, entre muchas otras.

Además de Morelia, la empresa tiene plantas industriales en Orizaba, Veracruz; San Juan del Río, Querétaro; Ramos Arizpe, Coahuila; Tlaxcala, Tlaxcala; Cuautitlán, Ecatepec, y Toluca, Estado de México; y Texmelucan, Puebla. Y gigantescas bodegas de distribución en Monterrey, Nuevo León; el CDM (Centro de Distribución Metropolitana), de la Ciudad de México; Guadalajara, Jalisco; Tultitlán y Tepotzotlán, Estado de México; Villahermosa, Tabasco; y Ciudad Obregón, Sonora.

Como una de las más poderosas empresas de capital mexicano y extranjero, Kimberly Clark de México cotiza en la Bolsa Mexicana de Valores, y es una de las alternativas de inversión bursátil más atractivas. En su más reciente reporte de resultados del segundo trimestre de 2019, fechado en la Ciudad de México, el 18 de julio de 2019, Kimberly-Clark de México, S.A.B. de C.V, informó que sus ventas del segundo trimestre crecieron 7 %, alcanzando 11 mil 300 millones de pesos en el período, un nuevo récord trimestral.

De acuerdo a la empresa, todo es en positivo: se han mejorado los márgenes bruto, operativo, neto y de EBITDA en comparación al año anterior y al trimestre previo. El indicador EBITDA (Beneficios antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización, que son las siglas en inglés de Earnings before Interest, Taxes, Depreciation and Amortization), del período, fue de 2 mil 800 millones de pesos. El margen mejoró 180 puntos base año, contra año, y 160 puntos base, secuencialmente a 24.8 %. El programa de reducción en costos generó ahorros aproximados por 400 millones de pesos en el trimestre, lo que contribuyó a mitigar los impactos negativos en el costo. Las ventas netas crecieron 7 %. Las ventas en productos al consumidor crecieron 6 %, Professional creció en 6 %, aunque las exportaciones fueron 3 % menores a las del año anterior.

En México, Kimberly Clark presentó una utilidad bruta al alza en 10 %, y el margen de 37.2 % fue 120 puntos base mayor al del año anterior, y 200 puntos base mejor secuencialmente, a pesar de que los costos de fibras celulósicas vírgenes y para reciclar, así como de la energía eléctrica, fueron mayores. La paridad peso dólar más débil, incrementó la presión en costos.

De acuerdo al reporte, los gastos de operación aumentaron 7 %, y se mantuvieron constantes como porcentaje de las ventas en 16.9%. Kimberley Clark mantuvo una operación delgada, aunque sostuvo un proceso eficiente de inversión en las marcas y productos. La utilidad de operación se incrementó en 13% y el margen fue de 20.3%, un incremento de 110 puntos base contra el año anterior y una mejora secuencial de 160 puntos base.

CEPAMISA, CRISOBA, Kimberly Clark Morelia

Celulósicos y Papel de Michoacán, SA de CV (CEPAMISA) es una de las empresas más antiguas, aún en operación, con una historia de más de 45 años. Ha transformado astilla, corteza y madera en rollo de pino y encino, en pulpa celulósica, que es la materia prima para la fabricación de papel. Quizá miles de hectáreas de bosques de coníferas y encino, se han destruido en Morelia y otros municipios de Michoacán, paras abastecer a esta voraz y gigantesca productora de celulosa y papel. Hoy pertenece a la transnacional estadounidense Kimberly Clark.

Con una historia confusa y oculta, esta empresa instalada en 1973, en una investigación, , la Dra. Patricia Ávila García, dijo que la empresa utilizó desde el principio para sus procesos industriales, agua del manantial La Mintzita y del río Grande, para lo cual obtuvo de la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos (SARH), una concesión de uso de agua, mientras encontraba una fuente propia de abastecimiento, y que, por la contaminación del río, se limitó casi exclusivamente al manantial. Ávila García participó con su texto, Estudio Preliminar sobre el Deterioro Socioambiental en Morelia: el caso del agua, en el libro Urbanización y Desarrollo en Michoacán, coordinado por Gustavo López Castro, y editado en 1991 por El Colegio de Michoacán y el Gobierno del Estado de Michoacán.

Patricia Ávila García, reportó que, en 1986, ante las presiones sociales que reclamaban el uso exclusivo del agua de La Mintzita para consumo humano, logró que se emitiera un acuerdo presidencial que especificaba que el ayuntamiento de Morelia “… se encargaría de aprovechar el manantial para uso exclusivamente humano. Esto significaba la cancelación de la toma de agua de CEPAMISA y la búsqueda de una nueva fuente de abastecimiento.” Según la investigadora (ahora en la UNAM, campus Morelia), la empresa se amparó contra la ejecución del acuerdo, aunque nunca se resolvió a su favor. Desde esa época, 1986, ya instalado el gobierno priista de Luis Martínez Villicaña, CEPAMISA fue protegida para seguir utilizando agua de La Mintzita, y ahora mismo se desconoce el estatus de este aprovechamiento hídrico.

En 1991, Patricia Ávila informó que el Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de Morelia (en ese entonces SAPA), reportaba que el adeudo de CEPAMISA ascendía a más de 3 mil millones de pesos, de la época, y consumía 550 litros por segundo, equivalente a casi un tercio del consumo total de agua potable en Morelia. Hoy el gasto ha aumentado y equivale al consumo de 350 mil morelianos.

Con los años, CEPAMISA de convirtió en CRISOBA Industrial, y después en Kimberly Clark y Scribe. En 1995 y 1996, la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, bajo un convenio de colaboración con CRISOBA Industrial, encargó el trabajo, Estudio Técnico de las descargas contaminantes de la industria CRISOBA Industrial planta Morelia y alternativas para su tratamiento, realizado por Gabriel Martínez Herrera, Francisco Becerra Gutiérrez, Roberto Guerra González, cuyas conclusiones apuntan al cumplimiento de CRISOBA de prácticamente todas las normas ambientales de descargas, aunque los contaminantes, en ese entonces, se aproximaban a los valores máximos permitidos, es decir, contaminaban.

El problema de esta contaminación es que las aguas residuales de procesos industriales se descargaban, y descargan, en el río Grande de Morelia, que desemboca en el lago de Cuitzeo, aunque kilómetros antes existe un aprovechamiento agrícola y ganadero por parte de productores del valle Morelia-Queréndaro. Y Morelia se abastece de esas hortalizas y semillas contaminadas que consume la población.

Recientemente en una entrevista para La Jornada, Roberto Lindig, investigador del Centro de Investigaciones en Ecosistemas del Campus de la UNAM Morelia, reportaba que, en la periferia del manantial de La Mintzita, se han identificado diversas especies de aves, reptiles, mamíferos, insectos, peces nativos y más de 60 especies de plantas, algunas de ellas también nativas, y unas de ellas, el zapote negro o prieto (Diospyros xolocotzii), considerada en grave riesgo de extinción.

De acuerdo a Roberto Lindig, el manantial y el humedal, cubre un área de 57 hectáreas, y es altamente vulnerable. En la actualidad, más de 350 mil personas dependen directamente de esta fuente del recurso. Eso significa que más de un tercio de la población de Morelia es afectada por el consumo desmedido de agua por parte de Kimberly Clark, y la evidente contaminación.

Zapote prieto (Diospyros xolocotzii)

En una nota periodística de El Universal, se describe que, en 1985, el biólogo Xavier Madrigal-Sánchez, docente investigador de la Facultad de Biología de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, descubrió esta planta en La Mintzita, a sólo 7.5 kilómetros al suroeste de Morelia, en Michoacán. En 1988, Madrigal-Sánchez y el doctor Jerzy Rzedowski -el reconocido botánico mexicano de origen polaco, entonces adscrito al Instituto de Ecología de Pátzcuaro-, describieron los materiales de colecta de la planta, y concluyeron que era una nueva especie endémica, que bautizaron Diospyros xolocotzii.

En esa época se documentó la existencia de 20 individuos de zapote prieto. En 2006 se contabilizaron 36 ejemplares. En 2006, Santiago Arizaga Pérez -del entonces Centro de Investigaciones en Ecosistemas (CIEco) de la UNAM. Y sus colaboradores, iniciaron la colecta y germinación de semillas para su propagación. En 2009, realizaron estudios poblacionales de zapote prieto, y contaron 121 individuos dispersos en las inmediaciones de La Mintzita. En 2010 se sembraron 100 plantas en su hábitat natural, y un año después, en 2011, el conteo reportó 233 individuos de zapote prieto, que incluía 15 plántulas sobrevivientes un año después de su reintroducción. Esta historia demuestra la importancia biológica y ecológica del manantial La Mintzita, que es el micro hábitat de especies animales y vegetales que son consideradas únicas en todo el mundo. Si desaparece el zapote negro aquí, deja de existir en todo el mundo. Hoy, esta especie y otras, están amenazadas por la contaminación de la papelera, y la expansión de la mancha urbana.

Si bien desde 2005, por decreto del gobierno de Michoacán es área natural protegida -con un polígono de casi 420 hectáreas, que incluye la zona de amortiguamiento-, es una zona en total decadencia, que puede desaparecer.

El 2 de febrero de 2009, el manantial La Mintzita fue designado como Humedal de Importancia Internacional y registrado con el número 1919, en la lista de Humedales de Importancia Internacional de la Convención sobre los Humedales. Es desde entonces un sitio Ramsar. Aun así, a nadie parece importar su declive.

Kimberly Clark, activismo ambiental y su presente

Hoy es fundamental para el presente y futuro del manantial, atender el problema de contaminación de Kimberly Clark, limitar su consumo de agua potable que debiera destinarse a uso humano, reducir la contaminación y las descargas, y bajar la emisión de gases a la atmósfera.

El activismo social contra la papelera no es reciente. De hecho, desde 2012, Adriana Torres inscribió en el influyente sitio Change.org una denuncia contra Kimberly Clark, el Gobierno del Estado de Michoacán y la transformada secretaría de Urbanismo y Medio Ambiente (SUMA) de Michoacán, (ahora con funciones divididas en la Secretaría de Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Territorial y la Procuraduría de Protección al Medio Ambiente de Michoacana, PROAM).

La denuncia se nominaba Alto a la contaminación de Morelia. Fuera CRISOBA (CEPAMISA). Queremos aire y agua puros, y se mantuvo vigente por varios meses. En ella, la denunciante, compartió que, en 2009, el MC Guillermo Vargas Uribe (antes de esa fecha secretario de Urbanismo y Medio Ambiente), había documentado que la “… contaminación atmosférica es determinante para generar múltiples enfermedades en la población, como cánceres, problemas de la piel y gastrointestinales, principalmente en los niños, esto debido a la pérdida de la capa de ozono”.

Ahora mismo el problema de contaminación parece evidente. La influencia económica y política de Kimberly Clark México, ha sido determinante para no ser molestada prácticamente por nada, y por nadie. El actual presidente de su consejo de administración Claudio X. González Laporte (asesor del ex presidente Carlos Salinas de Gortari y amigo del gobernador Silvano Aureoles Conejo), ha sostenido una relación cercana con los presidentes de los gobiernos federales del PRI y del PAN, que hizo que el corporativo fuera invulnerable a la crítica social ambiental, y fueron indulgentes las instituciones del sector ambiental en sus investigaciones. Así se mantuvo en operación. Así se mantiene hoy también, aunque estaría en la mira del gobierno federal.

En redes sociales, incluso, para protestar por la contaminación de los procesos industriales de Kimberly Clark, y su influencia decisiva en fenómenos como la tala forestal, se ha sugerido boicotear las marcas operadas por la empresa. La demanda de papel higiénicos, y cuadernos y libretas escolares y otros papeles de uso diverso, ha sido más fuerte que cualquier protesta, o boicot. Las ventas de la empresa se sostienen, e incluso en algunos productos, han crecido.

En este contexto, la pregunta es: ¿Kimberly Clark seguirá inmune, como siempre, después de casi medio siglo de operar, de propiciar la tala forestal, y de contaminar? Roberto Pantoja Arzola se enfrentaría a un titán industrial, y a un influyente grupo empresarial de clase mundial. Y requiere apoyo de todos y todas.

Tags: ,

Related Article