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Mérida, Yucatán, México, 3 de octubre de 2017, México Ambiental.- Para proponer estrategias de control y manejo del pez león (Pterois antennata) en el Caribe mexicano y así mitigar los estragos que causa esta especie invasora en los ecosistemas arrecifales marinos y en la economía turística de Quintana Roo, científicos del Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY) realizan un estudio integral sobre la ecología de la invasión del pez león pero además impulsan un modelo de análisis químico y nutrimental de la carne y de la piel de la especie para impulsar su consumo. El plan contempla el uso un robot autónomo submarino, para cuantificar el pez león en zonas profundas y que se desarrolla en el CICY.

 

Las especies exóticas invasoras, como el pez león, están consideradas como una de las amenazas más serias para las especies y los ambientes naturales terrestres, costeros y marinos en el Caribe, con impactos potenciales graves sobre una biodiversidad rica, pero ya vulnerable, y sobre las poblaciones humanas que tienen un modo de vida dependen de ella.

 

El doctor José Adán Caballero Vázquez, investigador de la Unidad de Ciencias del Agua del CICY impulsa esta estrategia multidisciplinaria de control del pez león, desde su línea de investigación Ecología y Dinámica de Ecosistemas Acuáticos. Con dicho proyecto se realizará el monitoreo de la invasión de la especie en zonas profundas con el submarino robótico, para cuantificar de forma más sustantiva, la problemática de la invasión y entender mejor el efecto que tiene el pez león sobre las especies locales.

 

Dijo que la invasión del pez león tiene un efecto negativo de “cascada” pues es un carnívoro eficaz que en su dieta incluye gran diversidad de peces pequeños (62%), peces de importancia comercial, como meros o pargos, crustáceos, como camarones, cangrejos y langostas (35%) y, en menor proporción, moluscos y otros (3%), logrando la competencia contra las especies nativas, algunas de las cuales son la base para las pesquerías locales.

 

Todo esto y el efecto de sobrepesca en la región, implica mayor esfuerzo de pesca (ejercer la pesca profunda) e inversión de los pescadores para obtener sus capturas. El pez león también tiene la capacidad de reducir la abundancia de especies importantes desde un punto de vista ecológico, como el pez loro y otros peces herbívoros que impiden que las macro algas recubran los arrecifes coralinos.

 

Pero quizá una de las cosas más graves es que se afecta el turismo, que en buena medida es la base de la economía en el gran Caribe.

 

Caballero Vázquez informo que en paralelo se realizan estudios de análisis de la calidad de la carne y valoración nutrimental del pez león, promoviendo que el control de la especie exótica invasora sea a través del consumo. Esto implica desmitificar afirmaciones como que la carne del pez león es venenosa, o que su consumo podría ocasionar intoxicación “ciguatera”, por la acumulación de toxinas, no obstante que si se detectan toxinas en la carne, pero de acuerdo a un estudio realizado, la acumulación de toxina en el pez león está por debajo del valor de la norma permitido.

 

El alto nivel de proteínas y ácidos grasos que contiene la carne de pez león, ha sido confirmado por el trabajo de la Dra. María Isabel Castro González, investigadora del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán. Consideró que el consumo de pez león pueda cubrir, incluso, los requerimientos nutrimentales de pacientes con enfermedades crónico degenerativas, quienes requieren una dieta muy específica.

 

También se analizan las propiedades de la piel del pez león, para producir un chicharrón como botana saludable, pues la piel tiene un porcentaje de 30% de proteína, por lo que el estudio que se lleva a cabo se ha aprobado con éxito en diferentes pruebas de degustación. La botana saludable, “chicharrón con la piel de pez león”, busca promover el consumo y el aprovechamiento de esta especie.

 

El científico del CICY comentó que actualmente trabaja en colaboración con el Dr. Víctor Ramírez Rivera, investigador de la Unidad de Energía Renovable del CICY, quien desarrolló el prototipo autónomo —modelo robótico submarino— que abonará en estos estudios de monitoreo y caracterización de la especie invasora. Este prototipo podría estar operando en agua con pruebas iniciales de desempeño, de función mecánica y electrónica y de trasferencia de datos en la región, especialmente por la presencia de muchas zonas arrecifales con estructuras irregulares y diversas.

 

El vehículo será autónomo e inteligente y tendrá la capacidad de manejo en estas zonas y la identificación únicamente de la especie de interés: el pez león, a partir de un algoritmo de identificación específico. Dijo que el modelo subacuático contará con cámaras para la toma de fotografías y videos, así como dispositivos para el registro de los parámetros físico-químicos, determinación de corrientes y una serie de parámetros y variables físicas que ayudarán no sólo a caracterizar e identificar la especie, sino también identificar la biodiversidad de los sitios de monitoreo en zonas profundas.

 

El científico explicó que se harán recorridos iniciales a una profundidad de 40 metros, hasta alcanzar los 100 metros de profundidad, para tener el perfil de invasión en aguas profundas y entender mejor el proceso de invasión y de estabelecimiento de la especie.

 

La  información recabada ayudará a proponer estrategias innovadoras de control y manejo, es decir, dirigir las actividades de investigación según las zonas de mayor o menor invasión, pues actualmente la mayoría de los esfuerzos de investigación se han concentrado en aguas someras” sin determinación de sitios o zonas prioritarias.

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