lunes, marzo 18, 2024

Ciudad de México, México, 30 de abril de 2020, México Ambiental.- Tal como sucede con otros coronavirus que afectan al humano, el SARS CoV-2 podría estar presente cada año; sin embargo, si este patógeno vuelva a circular, el número de infecciones disminuirá, ya que tal vez más de 50 por ciento de la población habrá estado en contacto con este patógeno, sostuvo Rosa María del Ángel del Departamento de Infectómica y Patogénesis Molecular del Cinvestav, al señalar que si para ese momento existe una vacuna, se podrá proteger a las personas. Lo que es un hecho, es que, en el futuro, las actuales medidas de confinamiento no se repetirán a causa de la Covid-19.

Los coronavirus son una familia de virus capaces de provocar desde un resfriado común, hasta enfermedades graves como el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) y el síndrome respiratorio agudo severo (SARS).

Estos patógenos se multiplican, principalmente, en células epiteliales del tracto gastrointestinal o del tracto respiratorio, su periodo de incubación va de tres a diez días y entre los síntomas generados están secreción nasal, tos, fiebre, en determinados casos dificultad para respirar y neumonía.

La investigadora explicó que igual que otros coronavirus que generan gripes de manera anual, el SARS CoV-2 va a estar presente todos los años. Será permanente. Por el momento, al tratarse de un nuevo virus, el riesgo de infección es alto para todos, de ahí la importancia de mantener las medidas de distanciamiento social e higiene especificadas por la autoridad sanitaria.

La Covid-19, la enfermedad provocada por el virus SARS CoV-2, a escala mundial ha superado los dos millones y medio de casos confirmados. Los aspectos relacionados con los brotes masivos de la infección son: que alguien infectado contagia hasta cinco personas (éstas a su vez a otras) y que un individuo puede permanecer sin síntomas varios días e incluso no presentarlos, lo cual aumenta la posibilidad de transmisión.

El tiempo de aparición de los síntomas del Covid-19 depende del sistema inmune del afectado y de la cantidad de partículas virales recibidas; ya que algunas personas están expuestas a dosis altas del virus, lo cual se relaciona con la velocidad a la que se lleva a cabo la infección y la intensidad de la misma.

Por ahora no existe un medicamento específico para eliminar la infección, pero con el fin de tratar de inhibirla se utilizan algunos fármacos que se usan para curar otros padecimientos, tales como la hidroxicloroquina (malaria y lupus) o la ivermectina (antiparasitario). Este último, ha sido probado in vitro con resultados positivos, aunque se desconoce su efectividad in vivo.

Rosa María del Ángel dijo que el desarrollo de un medicamento dirigido a este virus tomará tiempo porque son varias las etapas que conlleva. De manera general, en la fase preclínica se deberán hacer las pruebas a nivel de laboratorio en células en cultivo y con modelos animales, después vendrá la fase clínica en humanos. En ésta se tendrá que determinar la dosis necesaria del compuesto a fin de atacar al agente infeccioso sin causar toxicidad en el organismo.

La integrante del Sistema Nacional de Investigadores también se refirió a la publicación Correlation between universal BCG vaccination policy and reduced morbidity and mortality for COVID-19: an epidemiological study, la cual reporta los países que no implementaron o abandonaron el programa de vacunación universal contra la tuberculosis, con la vacuna de bacilo Calmette-Guérin (BCG), han tenido más infecciones por coronavirus y mayores tasas de mortalidad.

En este análisis se sugiere que la reducción del número de personas enfermas y de individuos que fallecen, hacen de la vacuna BCG una herramienta potencial en la lucha contra el Covid-19.

Rosa María del Ángel señaló que esta vacuna también se emplea para mejorar el sistema inmune, pero hasta ahora los resultados del estudio en cuestión son sólo una correlación y no hay evidencia suficiente de que BCG pueda aplicarse contra la infección por Covid-19 o brinde protección.

Ante este panorama, la investigación científica contribuirá al entendimiento de este virus, y podría llevar a obtener una vacuna, así como medicamentos eficientes. “Una vez que el pico de la epidemia haya pasado y se hagan más pruebas, será posible saber cuántas personas estuvieron infectadas, aun sin presentar síntomas. Mientras que los estudios clínicos brindarán datos de la evolución de los pacientes en relación a los tratamientos aplicados”, finalizó la especialista del Cinvestav.



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