domingo, mayo 12, 2024

Luis Manuel Farfán Molina y Graciela B. Raga. Figuras y animación Luis M. Farfán; Cicese

Ensenada, Baja California, México, 12 de julio de 2018, México Ambiental/Cicese.- Aunque la primera depresión tropical de la temporada 2018 se formó el 10 de mayo, a más de dos mil kilómetros de Los Cabos y permaneció activa menos de dos días, la primer tormenta tropical ocurrió hasta el 6 de junio: Aletta.

 

Este año el inicio de la temporada ciclónica estuvo modulada por la presencia de la Oscilación de Madden Julian (OMJ), la cual recorre el planeta en zonas tropicales con un periodo de 30-50 días y que en su fase activa promueve el desarrollo de convección organizada. La fase activa de la OMJ se encontraba influenciando la región del Océano Pacífico, al sur de México, a principios de mayo y, posteriormente, en junio cuando se desarrollaba Aletta.

 

Este ciclón recorrió el Pacífico durante 6 días, se desplazó principalmente al oeste y alcanzó la intensidad de 220 km/h para ser clasificado como huracán categoría 4, a casi 800 km de Los Cabos. Su último reporte de monitoreo, emitido de forma conjunta por parte del Centro Nacional de Huracanes (CNH) y Servicio Meteorológico Nacional de México (SMN), fue el 11 de junio al convertirse en una circulación poco organizada, con viento máximo de 55 km/h y en proceso de disipación.

 

Ya desde el 9 de junio se había detectado la formación de otro ciclón, al sur de Guerrero, con intensidad de 65 km/h y se declaró tormenta tropical Bud. Con presencia de condiciones favorables en el océano y atmósfera, intensificó rápidamente y para el día 12 ya era un huracán categoría 4 por su viento máximo de 215 km/h.

 

A partir de entonces debilitó y menos de 24 horas después había disminuido a huracán categoría 2. La siguiente figura muestra una imagen de satélite (12 de junio) en la que Bud está a 500 km al sur de Los Cabos mientras que al oeste de Bud, y un poco al sur, se encuentran los remanentes de Aletta. Ese día se nubló parcialmente en el sur de la península de Baja California Sur pero no se registraron lluvias mientras que, entre La Paz y Loreto, las temperaturas máximas estuvieron en el rango 38-40°C. Estas temperaturas extremas son típicas del mes de junio en las climatologías del SMN para el periodo 1951-2010 y en estos datos se encuentra que raramente llueve en junio.

El 13 de junio Bud continuó en movimiento al norte mientras que su intensidad disminuyó a tormenta tropical mientras que para el día 14 su centro se encontraba a 50 km de Cabo San Lucas. Una estación costera del SMN reportó vientos sostenidos de 70 km/h (ráfagas de 100 km/h). En el interior de la península, sobre Sierra La Laguna, a casi 2 mil metros de altura se registraron vientos sostenidos de 50 km/h (ráfagas 104 km/h). En cambio, los valores máximos de viento sostenido en resto de Baja California Sur no sobrepasaron los 42 km/h incluyendo La Paz donde el máximo fue 18 km/h.

 

Un motivo para estos valores de magnitud de viento es la disminución de la intensidad en el interior de Bud al acercarse a Los Cabos y, por otra parte, a la posibilidad de que su centro no haya cruzado la costa de la península. En cambio, los reportes del CNH establecieron que el centro se desplazó por el Golfo de California y que la presencia de la Sierra la Laguna contribuyó a que la circulación del ciclón decayera rápidamente. Llama la atención que del total de 25 pronósticos oficiales (emitidos por el CNH y SMN) solamente 20 indicaron entrada a tierra por el sur de la península y, después, por el sur de Sonora.

 

Después de todo, el evento no causó tantos problemas a la población pero como medidas preventivas se suspendieron clases y cerraron puertos a la navegación en Los Cabos. En 2015, este municipio contaba con 287 mil 671 habitantes. Todavía se tiene presente el recuerdo de la tormenta tropical Lidia que a finales de agosto de 2017 causó lluvias extraordinarias y el paso del huracán Odile, en 2014, hizo daños materiales importantes con vientos mayores a 200 km/h. Hasta la fecha, desde 1970, el único ciclón tropical que en un mes de junio ha entrado a la península de Baja California es Blanca, en 2015.

 

Un aspecto positivo fue que, al menos por unos días,  las temperaturas máximas se redujeron al rango de 30-35°C. Otro aspecto de beneficio a la población y medio ambiente es la lluvia total que se acumuló en varios estados del noroeste de México. Entre las comunidades sudcalifornianas que recibieron cantidades lluvias, mayores a 100 mm, está San José del Cabo seguido de San Bartolo. Esta última es una población en las faldas de Sierra La Laguna, a 400 m sobre el nivel del mar. Más de la mitad de estas acumulaciones se recibieron en un periodo de 24 horas lo que es consistente con la distribución típica de lluvia por ciclones tropicales.

 

La figura que se muestra a continuación presenta la distribución espacial de lluvia a nivel nacional y que, además del noroeste, cuenta con dos regiones con lluvia significativa. Una de ellas frente a la costa de Oaxaca y Guerrero, asociada a la tormenta tropical Carlotta, y otra por una onda tropical sobre la península de Yucatán. En esta figura es notable el aporte, por influencia de Bud, tanto en el sur de la península como en Sonora, y que puede considerarse una primer manifestación del monzón de Norteamérica en 2018.

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