lunes, marzo 18, 2024

Edith Martínez

 

Ciudad de México, México, 28 de marzo de 2018, Greenpeace/México Ambiental.- Este 22 de marzo se conmemora el Día Mundial del Agua con el fin de sensibilizar a la población de la importancia del vital líquido. Esta iniciativa promovida por la Organización de Naciones Unidas (ONU) en su sección de Agua y Saneamiento decidió que para este 2018, la celebración debía estar enfocada en cómo la naturaleza puede ayudarnos a superar los desafíos que plantea el agua en el siglo XXI.

 

“Los problemas medioambientales, junto con el cambio climático, provocan las crisis asociadas a los recursos hídricos que ocurren en todo el mundo. Las inundaciones, sequías y la contaminación del agua se agravan con la degradación de la cubierta vegetal, los suelos, los ríos y los lagos. Cuando descuidamos los ecosistemas, se dificulta el acceso a los recursos hídricos, imprescindibles para sobrevivir y prosperar”, dice el sitio web de la ONU.

 

 

Aquí algunas cifras del panorama del agua en México*:

 

La distribución geográfica del agua no coincide con la distribución geográfica de la población.  Dos tercios del país son región árida o semiárida y concentra el 77% de la población, mientras que en el sur, donde hay una mayor disponibilidad de agua hay menos habitantes.

 

Existen diferencias sustanciales entre el Sureste y el Norte del territorio; se observan áreas con gran escasez de agua y regiones con frecuentes eventos hidrometeorológicos que significan costosas inundaciones y afectación de asentamientos humanos e infraestructura.

 

En la zona centro–norte del país se concentra 27% de la población, se genera 79% del PIB y se cuenta con sólo 32% del agua renovable; en cambio, en la zona sur donde existe el 68% del agua el país, se asienta sólo 23% de la población y se genera 21% del PIB.

 

El 78% del agua se utiliza para fines agropecuarios.

 

El sector agropecuario genera 62% de las aguas residuales (cargas orgánicas, plaguicidas y fertilizantes, entre otros contaminantes).

 

La mala calidad del agua superficial limita su  aprovechamiento, en términos de Demanda Biológica de Oxígeno (DBO):

 

22.7% del agua superficial se encuentra  contaminada o fuertemente contaminada.

 

33.2% del agua superficial tiene calidad aceptable.

 

44.1% del agua superficial observa  calidad buena y excelente.

 

De los 653 acuíferos, 106 se encuentran sobreexplotados, especialmente en zonas de interfase agrícola y urbana, lo que plantea un horizonte previsible de agotamiento y la contaminación por minerales naturales que significan graves problemas de salud pública.

 

La cobertura nacional de agua potable es 91.6%. En zonas urbanas la cobertura es 95.4%. En zonas rurales (localidades menores a 2, 500 habitantes), la cobertura es 78.8% debido a la dispersión de la población en condiciones fisiográficas  complejas, y la dificultad técnica y/o financiera de desarrollar sistemas de agua potable, alcantarillado y tratamiento de aguas residuales.

 

La cobertura nacional de alcantarillado es de 90.2%. En zonas urbanas la cobertura es 96.4 %. En zonas rurales, la cobertura es 69.4%.

 

Si bien oficialmente 92.0% de la población tiene acceso al servicio público de agua potable, dicho porcentaje disminuye dramáticamente cuando se considera su calidad.

 

Ante este panorama, necesitamos replantear la forma en la que accedemos a este recurso y se gestiona. Necesitamos evitar la deforestación de nuestros bosques para mantener los mantos freáticos, restaurar y conservar los humedales, detener la contaminación de nuestros ríos y mares, promover la agricultura ecológica así como garantizar que todas las personas tengan acceso al agua, reconocido como un derecho humano.

Tags: , , , , ,

Related Article