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San Felipe, Baja California, México, 5 de octubre de 2017, México Ambiental.- En una de las más  inimaginables y extremas acciones para intentar la recuperación de la población de vaquita marina (Phocoena sinus) en el Alto Golfo de California, ya están en San Felipe, Splash, Fathom, Katrina y Andrea, cuatro delfines nariz de botella (Tursiops truncatus) de la Armada de Estados Unidos para una misión ambiental sumamente importante –y políticamente determinante para el PRI y el actual gobierno federal de Enrique Peña Nieto-: localizar ejemplares de vaquita marina en el Alto Golfo de California para conducirlos a un santuario y así evitar la extinción de este cetáceo que es el más pequeño y vulnerable del planeta.

El gobierno mexicano no ha hecha pública la información sobre las condiciones en las que llegan los cuatro delfines, si existe un costo, cuánto tiempo permanecerán ni exactamente qué es lo que van a hacer. Tampoco se sabe con certeza cuándo inician los trabajos ya en el mar ni dónde estará físicamente la reserva. Sólo se sabe que estará dentro del polígono de la Reserva de la Biosfera del Alto Golfo de California y Delta del Río Colorado (RBAGCyDRC), particularmente dentro del Área de Refugio para la Protección de la Vaquita Marina (ARPVM) que ya desde el año 2009 fueron delimitadas con boyas insumergibles colocadas por el gobierno mexicano.

Sí este intento fracasa, ya no quedará mucho más por hacer para evitar la extinción de la más pequeña marsopa del mundo que exclusivamente vive, nace y muere en un territorio perfectamente delimitado en el Mar de Cortés, conocido como Alto Golfo de California, una porción oceánica que divide la península de Baja California y el continente.

El rastreo y arreo de la vaquita marina, es una acción que deriva del programa Vaquita CPR (conservación, protección y recuperación) que representa un esfuerzo del gobierno mexicano que  si bien no tiene un precedente en la protección de especie alguna, sí parece llegar tarde no obstante las múltiples evidencias y avisos de la comunidad científica internacional que alertó sobre el declive demográfico de la vaquita que podría poner en una situación sin retorno a la emblemática especie.

En efecto, la vaquita marina constituye un emblema de la insolvencia y negligencia de un gobierno que permitió durante decenas de años prácticas de pesca que afectaban de manera directa la población de este mamífero. Y no sólo es esta marsopa, ahora mismo en el mismo territorio, está en riesgo extremo de extinción el pez totoaba (Totoaba macdonaldi), base de una pesquería ahora ilegal que abastece de la vejiga natatoria o buche a los mercados asiáticos por considerarla afrodisíaca. Después de la vaquita, el organismo que sigue en la lista de extinción es la totoaba o corvina.

Pero por ahora, han llegado los delfines estadounidense para arrear los pocos ejemplares de vaquita a este santuario donde estarán protegidos  bajo condiciones naturales, para inducir su reproducción en condiciones de cuidado permanente para  evitar su pérdida biológica. Este año las estimaciones de la población de vaquita establecieron un número alarmante: Apenas 30 ejemplares en vida silvestre aunque ahora podrían ser menos ya.

Al parejo de este operativo, el gobierno mexicano decretó la ampliación del polígono de protección en el Alto Golfo de California de 126 mil a 1 millón 300 mil hectáreas, para garantizar la cobertura del área de distribución de la vaquita.

 

También autorizó la prohibición del uso de redes de enmalle, la suspensión por dos años de la pesca comercial mediante el uso de estas artes de pesca y el fortalecimiento de la inspección, vigilancia y normatividad para evitar la caza furtiva, en especial del pez totoaba. Instituciones como la CONAPESCA, SEMAR, Gendarmería y la PROFEPA así como autoridades policiacas de Baja California operan en forma coordinada para la erradicación de las redes de enmalle aplicando la ley.

Este proyecto forma parte de las acciones interinstitucionales de protección a la vaquita marina, instruidas por el presidente de México, Enrique Peña Nieto apenas en 2015 aunque la vulnerable situación de la vaquita está documentada al menos tres décadas atrás. Si fracasa y se hace público, ya no quedará mucho más por intentar y el actual presidente Enrique Peña, su Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el propio gobierno de la república quedarán en una posición debilitada pues quedarán con un sello, un estigma indeleble: Serán los responsables que en su tiempo se extinga la  vaquita marina, la única de su estirpe.

Ayer, en la Estación Naval de Búsqueda Rescate y Vigilancia Marítima (Ensar) en la población de San Felipe, BC, durante el acto protocolario de recepción de los delfines nariz de botella estadounidense que vienen al rescate de la vaquita, estuvieron presentes diferentes figuras políticas al lado del gobernador de Baja California, Francisco Vega de Lamadrid: el Secretario de la Marina, Almirante Vidal Francisco Soberón Sanz y el alcalde de Mexicali, Gustavo Sánchez Vásquez; el comisionado nacional de Acuacultura y Pesca, Mario Aguilar Sánchez y el secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) de México, Rafael Pacchiano Alamán, entre otras autoridades, para la fotografía de inicio del proyecto de localización de vaquitas marinas a través del uso de delfines.

En 2014, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales actualizó la información institucional sobre la vaquita marina (Phocoena sinus) o marsopa común del Golfo de California. En el texto aún en línea explica que “… es la especie que se encuentra en mayor peligro de extinguirse de todos los mamíferos marinos en el mundo, se estima que en la actualidad quedan alrededor de 567 individuos”. Solo tres años después, los científicos de instituciones académicas mexicanas y estadounidenses básicamente, han documentado que quedan ¡menos de 30 ejemplares!

La vaquita marina (Phocoena sinus) es en la marsopa más pequeña endémica del Golfo de California. En estado adulto presenta hasta 1.5 m de longitud y 36 kilogramos de peso. Tiene manchas de color negro en la piel alrededor de los ojos y los labios. Se reproduce cada 1 a 2 años y se alimenta de calamares y peces. Desde 1979 se encuentra incluida en el apéndice I de la CITES.

En 1993 se decretó la Reserva de la Biosfera del Alto Golfo de California y Delta del Río Colorado (RBAGCyDRC). En 2005, se publicó el Acuerdo que establece el Área de Refugio para la Protección de la Vaquita Marina (ARPVM). El gobierno mexicano determinó enlistarla en categoría de Peligro de Extinción en la NOM-059-SEMARNAT-2010.

El Área de Refugio para la Protección de la Vaquita Marina opera con un programa en el que se establecen las condiciones de conservación y manejo, a las que deberán sujetarse las obras y actividades que se realicen en el área de refugio (DOF 29-12-2005). Establece las condiciones de conservación y manejo a las que deberán sujetarse las obras y actividades que se realicen en el área de refugio establecida (DOF 29-12-2005). Los objetivos son: Protección, recuperación y conservación de la especie y su hábitat natural. Verificar el cumplimiento de la legislación ambiental vigente en la materia. Aplicar políticas de inspección y vigilancia regional.

Pero no fue suficiente, por lo que se activó el Programa Permanente de Inspección y Vigilancia realizado por la PROFEPA en coordinación con la CONANP, la SEMAR y la CONAPESCA. El gobierno aceptó que “… las acciones de operación y protección a la vaquita marina se planifican de acuerdo a la temporalidad de las pesquerías de importancia económica en la zona con afectación al ecosistema de la vaquita marina entre las que destacan la pesquería de camarón, curvina golfina, y en menor proporción la pesca de chano, sierra, cazón y almeja, entre otros”. Para ese entonces, el año 2014, se tenía una vigilancia marina permanente en el ARPVM y la Zona Núcleo de la RBAGC y DRC en coordinación con SEMAR, CONANP y CONAPESCA. Entre las acciones que realizaban en ese entonces estaban los recorridos marítimos a bordo de embarcaciones rápidas y embarcaciones mayores habilitadas para vigilancia en puntos estratégicos, equipadas con radar de monitoreo en el que participaron elementos de la PROFEPA, SEMAR, CONANP, CONABIO, SCT y la CONAPESCA.

No fue suficiente para contener la muerte incidental de vaquita marina y su casi irreversible declive poblacional. Hoy el gobierno mexicano decretó este año la veda permanente a la pesca de totoaba y se considera como delito grave la pesca ilegal de este pez. Y en un gesto de desesperación por el acoso público de organismos de la sociedad civil  y científicos que lo señalan como responsable de la extinción de la vaquita, el gobierno mexicano anunció la creación de un santuario para la protección y recuperación de la población de este mamífero marino al que serán levados por arreo los pocos ejemplares silvestres con el auxilio de los cuatro delfines de la Armada de Estados Unidos. ¿Será suficiente? Al tiempo.

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